Ausencia de estrés en explotaciones ganaderas para garantizar rentabilidad

El control del Bienestar Animal en explotaciones ganaderas, se está convirtiendo en un factor clave para poder rentabilizar la producción, ya que se ha demostrado que en animales con menores niveles de estrés, se obtienen mayores producciones y con certificaciones que garanticen el Bienestar animal y la Sostenibilidad, se pueden llegar a nuevos canales de comercialización, que cada vez más apuestan por un producción ética y social.

Podemos entender el estrés, como una ausencia del bienestar animal, si entendemos el bienestar animal como “el estado en el cual el animal es capaz de enfrentarse y adaptarse al medio ambiente y a los cambios que en él se producen”, el bienestar es un estado propio de los animales; un estímulo que desencadena una respuesta biológica, como consecuencia de la sensación de amenaza de un individuo a
su estado de confort. Se puede establecer que la ausencia o presencia de estrés constituye un gran indicador potencial del bienestar de los animales.

Cuando un animal percibe algún tipo de amenaza se ponen en marcha una serie de mecanismos de respuesta, que afecta al comportamiento y al sistema inmunitario. En función del tipo de amenaza, esta respuesta puede afectar en gran medida las producciones, disminuyéndola drásticamente en algunos casos.

Entre los factores que pueden producir amenazas, se podrían destacar:

  • Ambientales: temperatura, lluvias, vientos fuertes…
  • Alojamientos: estado de las instalaciones, ambientes oscuros, comederos y bebederos con poca capacidad para suplir las necesidades de los animales…
  • Manejo: transporte, vacunación, administración de algún otro tipo de tratamiento.
  • Nutrición: tanto hambre como sobrealimentación, cambios en la nutrición, estado del agua, etc., pueden afectar y afectan al ganado.
  • Enfermedades: de distinto tipo (víricas, bacterianas, parasitarias).

Además de tener en cuenta que los factores que producen estrés al animal afectan directamente al Bienestar de estos, también tienen consecuencias negativas, en cuanto a la rentabilidad de las explotaciones, descenso de respuesta inmunitaria, con aumento de enfermedades, reducción de fertilidad, disminución de ingesta de alimentos, afectando directamente a la producción y calidad de los productos.

El estrés que sufre un animal, desde la fase de producción hasta el sacrificio, afecta en gran medida a la calidad del producto.

La calidad es un concepto muy complejo, puesto que posee diversas acepciones, dependiendo de en qué etapa nos encontremos (producción, comercialización, etc.).

Se puede hacer una distinción entre distintos tipos de calidad:

  • Calidad bromatológica: se relaciona con el valor nutritivo de la carne.
  • Calidad tecnológica: hace referencia a las propiedades de la carne, las cuales determinan la aptitud para su transformación y conservación.
  • Calidad organoléptica o sensorial: definida como las características que son percibidas a través de los sentidos en el momento de realizar la compra o durante el consumo.

Durante los últimos años la importancia de estos factores determinantes de la calidad de los productos ganaderos es mayor, ya que los consumidores buscan cada vez más productos de calidad controlada, productos certificados.

Existen datos que demuestran que las prácticas ganaderas que garantizan un bienestar animal consiguen mejores resultados económicos, reduciendo las pérdidas de valor dentro del proceso de producción y evitando posibles ineficiencias.

Por consecuencia a todos estos factores limitantes, en producción ganadera, hay estudios claros y contrastados, en los que queda de manifiesto que el bienestar de los animales es una opción de mejora en las explotaciones. Con pequeños cambios en las mismas, sin mucha inversión, como podrían ser mejoras de los bebederos, comederos, camas de los animales y de las instalaciones, reducción de la densidad o carga ganadera y correcto manejo de los animales evitando en la medida de lo posible las situaciones de estrés, se ha demostrado que hay un aumento en la calidad de los productos finales, así como un mayor rendimiento productivo y de transformación de los mismos.

Además de mejorar la producción y la calidad de los productos, en las explotaciones ganaderas, en las que se minimice el estrés de los animales, aumentando así el bienestar de los mismos.

También habría que tener en cuenta, que cada vez más, los consumidores, demandan productos ganaderos, en los cuales se garanticen, que los animales hayan sido criados de una forma sostenible, respetuosa, con responsabilidad social. Para ello existen certificaciones agroalimentarias que garantizan que los métodos de cría cumplen las exigencias de los consumidores, como son La Producción Ganadera Ecológica y la Certificación en Bienestar animal de Welfair Quality.