La experiencia es un grado y en prácticas de fertilización Fertinagro Biotech lleva cerca de 40 años recorriendo el camino de la investigación y la innovación. Es la base central de su competitividad y algo innato en sus procesos y productos fertilizantes y bioestimulantes. Y, además, el origen imprime carácter. Haber surgido la empresa en Teruel, provincia de la España interior donde, a priori, se carecía de minerales y materias primas para fabricar fertilizantes forzó a la compañía a desarrollar tecnologías y productos que permitiesen, con la menor cantidad posible de materias primas minerales y con la selección de materias orgánicas más adecuadas a los tipos de suelos españoles, conseguir una mayor eficiencia de sus productos para todo tipo de cultivos, también ecológicos.
Esta visión, junto al conocimiento cada vez más profundo de los ecosistemas edáficos españoles y su manejo, Fertinagro Biotech consigue acercarse al mínimo teórico de aportes de unidades nutrientes para igualar, e incluso, mejorar la extracción de los cultivos. Lo que redunda en una mayor rentabilidad económica para los agricultores y, lo que es aún más relevante, un menor impacto ambiental. Lo que significa que los productos Fertinagro conjugan productividad y sostenibilidad.
En la estrategia europea de la granja a la mesa se plantea el objetivo de mejorar la eficiencia del empleo del nitrógeno y del fósforo en la producción agrícola. Y en Fertinagro se consiguen ya cifras superiores de reducción de unidades fertilizantes a través de sus planes de fertilización integral individualizados que aúnan varios factores: fertilizantes de nueva generación con principios activos bioestimulantes de los procesos rizosféricos o filosféricos; el seguimiento por parte de un servicio técnico profesional de las explotaciones para ajustar las dosis más adecuadas así como el momento más adecuado de la aplicación y la localización precisa, a través de sus soportes digitales.
Otro de los objetivos imprescindibles de esa estrategia es incrementar el uso de fertilizantes orgánicos porque potencia los procesos biológicos imprescindibles para aumentar la fertilidad de los suelos.
Y es en este punto donde Fertinagro Biotech regresa a sus orígenes de producción de fertilizantes orgánicos y organominerales, a los que incorpora toda la I+D desarrollada en las últimas décadas y que le ha llevado a obtener más de 40 patentes. Cuenta con un amplio y complejo catálogo de productos ecológicos que se pueden aplicar de manera personalizada al contar con una herramienta tan importante como la metagenómica, a través de la cual se diseñan estos productos que devuelven la vida y la fertilidad a los suelos. La I+D da un valor realmente diferenciador a Fertinagro, que dispone de tecnologías como la “PRIMER”, asociada al control y aprovechamiento
de los nutrientes, sobre todo del nitrógeno, que es el elemento que más preocupa a los agricultores ecológicos.
Para Fertinagro Biotech la utilización de unidades fertilizantes minerales debería compensar las extracciones productivas de los cultivos y el aporte de materias orgánicas debe asegurar que la microbiota nativa de los suelos agrícolas realiza sus funciones ecosistémicas de regulación de los flujos de nutrientes, y esto se consigue utilizando las materias orgánicas y los bioestimulantes adecuados a los agroecosistemas, sin presencia de contaminantes emergentes.
De esta manera se da respuesta al objetivo esencial que también ha fijado la UE de garantizar la calidad del suelo, evitando la degradación y promoviendo su regeneración. No debemos olvidar que el suelo es el origen del 90% de los alimentos que consumimos los seres humanos, y debemos reconocerlos como un recurso no renovable en la escala temporal humana, ya que crear un solo centímetro de profundidad de suelo productivo puede tardar más de 50 años a través de los procesos naturales de generación, mientras que los procesos de erosión severos degradan ese mismo centímetro en 1 año.
Es la salud del suelo, y no solo su calidad, lo que deberemos abordar los europeos. Recuperar los suelos y su actividad biológica es un gran reto en una agricultura cada vez más exigente, lo que supone utilizar productos y métodos de producción innovadores y alineados con las normativas actuales.