El consumo de productos ecológicos en España va en aumento, pero no deja de ser una realidad que España produce mucho más producto ecológico del que se consume. Actualmente, el producto ecológico que no absorbe el mercado Español es exportado al resto del mundo. Una gran parte se destina al resto de Europa y la otra se exporta a terceros países fuera de la UE. Para las exportaciones a terceros países, además de cumplirse el reglamento 834/2007, se requiere de adaptaciones o certificaciones extras dependiendo del destino.
En Suiza el consumo de producto ecológico per cápita anual fue en 2016 de 245 € frente a los 32,27 € en España (Fuentes: FiBL y MAGRAMA). El mercado de productos ecológicos se establece en 2015 en 2.100 millones de euros en Suiza frente a los 1.498 millones en España (Fuente: FiBL y MAGRAMA).
La producción ecológica en Suiza está regulada por la organización BIO SUISSE, una federación privada compuesta por varias asociaciones de agricultores ecológicos suizos y por el Instituto de Investigación de Agricultura Ecológica (FiBL).
Para poder introducir producto ecológico en Suiza, es necesario tener un certificado Bio Suisse Organic emitido por ICB (International Certification Bio Suisse), se trata de una filial de Bio Suisse que se encarga de certificar la producción de explotaciones de fuera de Suiza, con la que SOHISCERT posee un activo acuerdo a través del cual realiza la auditoría y facilita toda la información a ICB para que puedan evaluar la situación y emitir un certificado Bio Suisse a quienes cumplan la norma.
La norma Bio Suisse es similar al reglamento europeo 834/2007, no obstante, difiere en algunos puntos. Estos son verificados en las auditorías que SOHISCERT realiza a cualquier explotación agrícola, comercializador, distribuidor o industria que lo solicite. Algunos de los puntos principales son:
- Superficie de biodiversidad y su distribución en la explotación.
- Certificación de la explotación completa en producción ecológica.
- Planes de uso de agua en zonas de escasos recursos hídricos.
- Limitaciones más restrictivas en el uso de cobre y azufre.
- Limitaciones en el uso de microelementos naturales.
- Diferente periodo de conversión en el caso de cultivos perennes.
- Limitaciones con respeto al material reproductivo.
- Prohibición de transporte aéreo.
- Declaraciones y logos usados en etiquetas y documentos de ventas.
Independientemente, hay que tener en cuenta la política que regula las importaciones en Suiza, ya que solo se importarán los productos que sean demandados por déficit de producción interna. Por ello, para poder obtener un certificado Bio Suisse, el importador Suizo juega un papel crucial. ICB sólo verificará la información de las auditorías realizadas en España si hay una empresa importadora en Suiza que se responsabilice y asuma los costes del trámite; o si dichos costes los asume la empresa española interesada en la obtención del certificado. Todo el proceso puede ser gestionado a través de SOHISCERT.
Una vez conseguida la certificación, es vital continuar cumpliendo la norma y tener especial atención a las indicaciones usadas en el etiquetado y en los documentos de ventas. De forma general, se usará el logo y/o la mención “BIOSUISSE ORGANIC” de forma visible y clara.
Sólo con la autorización previa de la organización ICB, el importador suizo podrá realizar la importación de producto etiquetado con el logo “Yema”, ya que este se encuentra reservado para la identificación del producto producido en Suiza.
