La Calidad diferenciada de la Berenjena de Almagro

El origen de la Berenjena de Almagro se remonta a la cocina andalusí, ya que fueron los árabes procedentes de Siria los que trajeron la berenjena a España, dejando en Almagro no sólo el fruto sino también la forma de conservación.

La berenjena de Almagro obtuvo el reconocimiento de Denominación Específica (actualmente Indicación Geográfica Protegida, IGP) de conformidad con el Reglamento CE nº 2400/96, siendo el primer producto encurtido de España que obtuvo el reconocimiento de una figura de calidad.

Tanto por la variedad vegetal como por su peculiar sistema de elaboración, la Berenjena de Almagro es un producto único, cuyas características están definidas en el pliego de condiciones que se describe a través de la Orden de 27/09/2012, de la Consejería de Agricultura de Castilla La Mancha. SOHISCERT es un organismo autorizado por la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha para realizar los controles y la certificación.

La recolección se inicia en Julio, recogiendo el fruto cada 3 o 4 días, finalizando aproximadamente en noviembre. Entre los requisitos que se verifican en las auditorías, se encuentra el tipo de variedad autóctona (Dealmagro) y que los frutos seleccionados estén sanos, limpios y enteros, desechándose las berenjenas defectuosas o en malas condiciones.

Desde el punto de vista de su elaboración, se verifican las tres fases del sistema tradicional de elaboración en conserva: cocción, fermentación y envasado. Para la fermentación se elabora el aliño, usando como ingredientes solamente vinagre, aceite vegetal, sal, comino, ajos, pimentón y agua.

Los operadores han de estar inscritos en el Consejo Regulador y encontrarse ubicados, tanto productores como elaboradores, en la zona geográfica de la Comarca Campo de Calatrava, concretamente en los términos municipales de Aldea del rey, Almagro, Bolaños de Calatrava, Calzada de Calatrava, Granátula de Calatrava, Valenzuela de Calatrava y Viso del Marques. Una superficie de 163.101 hectáreas, todas ellas de la provincia de Ciudad Real.

El producto final se somete a análisis físico – químicos y organolépticos, verificándose también las referencias utilizadas en el etiquetado, en el que se ha de incluir el logotipo europeo de Indicaciones Geográficas Protegidas y la contraetiqueta numerada del Consejo Regulador que avala la diferenciación de los productos en el mercado.